domingo, 23 de octubre de 2011

EL RESPETO

Caricias para tu alma Nº 58
Por Francisco B. Vacazur

El RESPETO

Es una de claves para la felicidad, se trata de la persona y de quienes nos rodean, hablar del Respeto es hablar de uno mismo, de presentarse ante los demás y de relacionarse empezando por nuestros seres queridos, como en la sociedad en donde vivimos. El Respeto es uno de los tesoros que estamos perdiendo porque ya no hay respeto que significa VALORAR, ACEPTAR, ESCUCHAR, DIRIGIRSE CON AMO. Hablo de algunos casos aunque cada uno sabe lo que tiene que hacer, lo enseñan los padres, las escuelas, las iglesias y la misma sociedad. Hoy es oportuno cuestionarnos ¡cómo nos dirigimos a Dios, cómo nos relacionamos con nuestros padres, con nuestros hijos, con la patria , con nuestros mayores!. Si queremos ser respetados debemos respetar, dirigirnos desde nuestra forma de pedir hasta reclamar algo. El respeto con humildad y paciencia nos lleva a dar grandes frutos. Quien respeta a Dios, a su familia, a su patria se siente involucrado y sintiéndose parte de Dios, de su familia, de su Patria lo defiende, lo valora y habla con honor de lo que tiene; por eso la forma de respetar comienza por RECONOCER Y HABLAR BIEN con familiaridad y disfrutando cuando habla de ellos. Respetar no es decir todo si, sino que es decir lo que se siente pero con conocimiento que se recoge de la educación que recibimos y lo damos frutos a través de las palabras, el buen ejemplo y asi construimos una sociedad donde el respeto por la persona y por las cosas sagradas nos da una identidad. Se trata de reconocer y valorar la autoridad a quienes nos dirigimos, muchas veces la falta de respeto lo expresamos a través del orgullo enfermo, como los insultos, el hablar mal, el despreciar y esto solo nos conducen a una vida insatisfecha e infelíz. Hoy si queremos ser felices debemos empezar por cuestionarnos, ¿quienes somos y que decimos?. Respetar al otro no es quedar bien sino mostrar lo que somos en una búsqueda de la felicidad y la justicia. A todos los matrimonios, padres, hijos hermanos, gobernantes, clérigos, jóvenes y comerciantes, desde lo que hoy siento les propongo comenzar a hacer brillar el tesoro del respeto, empezando por HABLAR BIEN DE UNO MISMO Y DE LOS DEMAS. ¡No permitas que nadie te falte el respeto! pero hay que empezar por uno mismo, dándose cuenta que las cosas solicitadas con respeto tienen otro valor.
Dios nos conceda una semana hermosa, y hasta la próxima!

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