jueves, 1 de noviembre de 2012

El dolor interior. Caricias para el alma Nº 101


Quiera Dios te encuentres bien junto a los que te aman y rodean. De mi parte dedico este tiempo a tu corazón para hablarte de un tema que muchas veces lo tenemos que masticar solos, con preguntas sin respuestas, con dolores infernales que nadie nos entiende, con la oscuridad en la fe y en la esperanza, con mucha angustia a veces no tenemos con quien compartirla, ni desahogarnos; existen muchas palabras y pocos gestos ante nuestro dolor, por eso con las manos en tu hombro quiero decirte que no estás solo/a. ..Paz a tu corazón…tranqui...serénate…
La paz existe y solo desde allí es posible encontrar un camino, por esto vamos en busca de la paz interior, para esto hace falta encontrarse consigo mismo, serenarse, darse cuenta que no puedo seguir así, que necesito de alguien de confianza, necesito llorar y sacarme la angustia y dolor que llevo en mi alma, encontrar TU lugar es muy importante y desde allí secándose las lágrimas debemos SALIR AL ENCUENTRO, no es bueno encerrarse, creo es necesario recobrar la calma, respirar profundo y buscar un apoyo en quien debo confiar mi situación sin esperar respuesta alguna, solo que te escuchen.
Los dolores existen y los que uno nunca se imagina como la muerte de un ser querido, la enfermedad de tus padres, como las frustraciones y el desengaño de la persona que amas, y otros dolores impensables, donde nadie tiene la justa, lo único que tenemos: es la convicción que así no podemos seguir y luego de un tiempo podemos buscar una palabra oportuna que ayude a salir a delante. Otra forma de salir es pensar y convencerse y sentirse AMADO por Dios, quien no se desentiende de nuestras cosas, El solo espera, no contesta ya, pero tiene una salida y lo podemos visualizar cando estamos en paz y logramos ver desde la fe.
Muchas personas se acercan en busca de ayuda, pero no será la religión solo la que salva ni el sacrificio de caminar grandes peregrinaciones, tampoco hacerse tirar las cartas ni otras propuestas que solo fomentan los intereses personales, o llenan de culpas,  de miedos o impotencia. Con todo esto creo que tener un buen amigo, o un profesional con tiempo que se dedique a tu alma es necesario. A veces hay cosas que nos se hacen de un día para otro, existe el milagro, pero no todo es respuesta a nuestros dolores, a veces necesitamos terapias, y un proceso de acompañamiento,  y en todo esto el tiempo nos mostrará la respuesta. Por lo tanto hay que seguir buscando. Creo que no debemos encerrarnos sino aprender del dolor que no tiene la última palabra, ni si quiera la muerte que para nosotros no es el final. Creo que con toda mi fe te digo que no está muerto quien pelea,  que no hay rosas sin espinas, que no existe camino sin cansancio. Creo que los dolores siempre estarán,  por eso hoy recibo tu dolor y lo entrego al Dios que amo, que como Padre te abraza fuerte y sintiéndote hijo te digo no temas la cruz, tal vez sea necesario para enseñar y salvar a alguien, a veces es la pedagogía de Dios para darnos felicidad y hacer feliz a otros. El dolor no es el final mientras respires, tengas vida, pienses y creas. “Todos es posible para el que cree” , busca y espera. No te encierres por mas dolor e historia que tengas, y piensa que un bastón hace falta cuando el camino se hace pedregoso. Que Dios y el Espíritu de sabiduría te ayude a buscar el lugar donde están tus respuestas y el dolor quede atrás aplastado por el amor y la fe. Podemos decir que  la muerte es necesaria, cuando vemos que Dios invita a las personas para que se adelanten a esperarnos y acompañarnos en esta vida ( los que fallecieron) donde la enfermedad es amiga, donde nada es por casualidad, no se trata del pecado de la culpa para sentir que estamos pagando algo, todo tiene un porqué y una respuesta, no hay dolor que dure cien años, no hay noches que duren una eternidad, existe el amanecer y ruego a Dios que exista en tu corazón, como la primavera que sorprende después del invierno. Fuerza!!!. Dios te ama, te acompaña y los que sabemos de corazones esperamos verte cada día mejor con la confianza en Dios y en las personas que te pone Dios en el camino.

Hasta la próxima

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